jueves, 26 de junio de 2014




LOS REYES MAGOS Y LA INSPECCIÓN


Siempre se ha dicho: trabajas menos que los Reyes Magos, una vez al año si no llueve. Pues no señor. Aquí, en nuestra maltratada Mangalucía, tenemos unos señores que todavía trabajan menos: los de la Inspección General de Servicios de la Junta de Mangalucía. ¿Que coño hacen estos señores?. Se podría decir de ellos aquello del 23 F de “ni está ni se le espera”. Son los fantasmas de la Junta. O los budas del sur de la piel de toro. Practican el silencio profundo, el gran silencio. Dejan correr las irregularidades, los abusos, las barbaridades como los meditadores zen dejan correr los pensamientos. Si bien estos últimos pretenden con ello alcanzar un nivel de conciencia superior al común, mientras que los anteriores, los made in mangalucía, lo único que pretenden es tener algo que llevarse a la boca y un sueldo, a ser posible ligeramente superior al común. Estamos en Mangalucía, qué esperan ustedes.

La ausencia de inspección de la Inspección de la Junta no brilla como otras notorias ausencias, no, grita desaforadamente, rasga el silencio como lo haría el pánico de un barítono desde el interior de una catedral. La casuística de casos de corrupción es ya, a estas alturas de la película, tan amplia que da pereza recordarla. Pero parece que nadie menciona la inoperancia culpable de esta institución de la Junta de Andalucía que tiene como principio de su razón de ser precisamente el velar por el cumplimiento de la legalidad y el ajuste de la gestión administrativa, tanto interna como de cara a los ciudadanos, al procedimiento y el derecho administrativos.

No es extraña la inactividad aparente de la inspección si tenemos en cuenta que no está dispuesta a cumplir con su principal cometido. ¿Que le queda por hacer si no hace aquello que tendría que hacer: por ejemplo denunciar la contratación ilegal de personal (http://www.infojobs.net/sevilla/administraiv-gestion-documental-programa-aries/of-ieecc4df2bc4a40adda7823ffe2d658., o denunciar el desempeño de potestades públicas (contratar, subvencionar, inspeccionar, etc) en las Agencias Públicas Empresariales por personal laboral, cuando toda la legislación reserva dicho desempeño a personal funcionario?. Son sólo dos ejemplos.

La razón de porqué no hace lo que debería hacer es algo que remite al último reducto de todas las explicaciones acerca de la corrupción, la pésima organización y la falta de profesionalidad que imperan en la administración de la Junta: el abuso de poder por parte del estamento dirigente, que es el nivel político de la administración. Los cargos de mayor responsabilidad dentro de esa Inspección, como de cualquier otra institución de control de la Junta son, desgraciadamente, puestos políticos, puestos a dedo, que no tienen más remedio que observar el onceavo mandamiento: no morderás la mano que te da de comer. A partir de ahí, no se puede esperar otra cosa que lo que sucede.

Mientras exista ese cordón umbilical entre quien dirige la administración y quien debe velar por el estricto cumplimiento de la legalidad en la actuación administrativa, el segundo siempre tenderá a complacer al primero. Y siendo así, nos podríamos ahorrar los sueldos del segundo.