ANDALUCÍA SOY YO
En Francia, un capullo
llamado Luis XIV dijo aquello de El Estado soy yo, expresión máxima
de lo que se conoce como “absolutismo político”. Aquí en
Andalucía, como no nos privamos de nada, tenemos a Susana que
encarna, ella solita, a toda Andalucía. ¡Toma ya!. La niña de
Triana convierte la inconsciente, irracional e interesada
identificación secular del PSOE con Andalucía, que el tonto pueblo
le ha brindado elecciones tras elecciones con la papeletita en la
urna, en la estrategia principal a utilizar en la campaña actual. O
tal vez haya convertido la estrategia de la patrimonialización de
Andalucía en sustancia ingenua e inconscientemente creida,
apareciendo como sin querer, a la manera de los actos fallidos
freudianos.
De una u otra manera es
descaradísima la identificación que hace el PSOE , a través de su
presidenta-candidata, de su partido y de su gobierno con Andalucía.
Hasta el punto de que cuando algún oponente político critica a éstos, la niña no tenga el más mínimo pudor en salirle al paso
diciendo que a ella le podrán decir lo que quieran pero a Andalucía
no, ni mijita, a Andalucía me la deja usted tranquila oiga, que no
estoy dispuesta a consentir que se manche el nombre de Andalucía.
¿?.
La estrategia de Susana
esta demasiado clara: convertir la campaña a la elecciones andaluzas
en una confrontación entre Andalucía y el Estado. De un lado está
el PP de Rajoy, representado por Moreno Bonilla, y de otro Andalucía,
representado por la madrina de todos los andaluces. De un lado el
Estado y Rajoy, el PP y la derechona corrupta, los que nos han
recortado, los que no dejan crecer a Andalucía. De otro la región
que está enfrentándose al malvado Estado de Derechas, la que hace
las cosas “de otra manera”, etc..Bueno también hay otros actores
en la contienda electoral, pero esos no cuentan ahora. Contarán
luego, después de las elecciones.
Me temo que esta
estrategia le va a volver a funcionar al PSOE. La gente con pocas
luces se va a tragar eso. La idea de que a la hora de la verdad quien
mejor defiende los intereses de Andalucía es...su partido de
siempre. Los de toda la vida. De toda la vida posterior a Franco,
claro. ¿Que hay problemas de corrupción?. Bueno, pues siempre será
mejor que el ladrón sea conocido, vamos que sea “nuestro ladrón”,
¡oiga yo prefiero que me roben los mismos!, no vaya a ser que
lleguen otros nuevos con unas ganas tremendas de hacerlo...
Es repugnante la
manipulación a la que se somete al personal. El otro día, en el
debate en RTVE, una Susana cortante interrumpía a Moreno Bonilla
diciéndole que estaba mintiendo. Mintiendo sobre unos datos, unas
cifras. Sin embargo, más allá de la exactitud de los datos y la
cifras la auténtica mentira es la de ofrecerse como la encarnación
de Andalucía, la de inocular en la mente de la gente (en general
poco informada) la ecuación PSOE=Andalucía, o mejor
Susana=Andalucía.
Estirando un poco esa
idea de la cínica identificación o patrimonialización, tal vez se
pueda aventurar una respuesta a la pregunta, al misterio, de cómo es
posible que la gente siga perdonando al PSOE tanta corrupción, que
ya en las últimas elecciones había saltado a la palestra como nunca
antes, y sin embargo...Y ahora, al parecer, va a pasar tres cuartos
de lo mismo. Tal vez el misterio esté encerrado en esa misma
estrategia de identificación, pues llevada ésta al máximo de su
posibilidad nos encontraríamos con la siguiente inquietante idea:
los socialistas son “los nuestros”, ¿que hay ovejas negras entre
nosotros?, igual que en todas partes, pero lo de “los otros” sí
que es robar, es peor, siempre peor. De modo que si perdonamos las
cosillas de los nuestros, perdonamos a Andalucía y, por tanto, nos
perdonamos a nosotros mismos.
Vale, que esto es
apartarse del reglado y luminoso camino de la lógica y entrar en el
oscuro, confuso, apresurado e irracional camino del pensamiento
paralógico e inconsciente. Si. Pero ¿a cual de los dos tipos de
pensamientos responde mayoritariamente el llamado “Pueblo Andaluz”?.
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